Internet y las nuevas tecnologías avanzan a un paso inalcanzable en muchos sentidos. El móvil último modelo o el microportátil más pequeño sólo te duran un par de semanas antes de que vuelva a salir lo más de lo más, y así hasta el infinito o hasta el fondo del bolsillo (que si crees que es infinito es porque quizá lo tengas roto). De igual forma, la posibilidades de la red hacen camino -que diría Machado- y nos conducen por vericuetos que hasta hace muy poco hubiéramos sido incapaces de soñar. Hete aquí que nos topamos con los libros electrónicos.
La verdad es que yo aún no me veo pasando páginas sin tocar papel, pero tampoco digo que no llegue algún día el momento. Ahora bien, es muy necesario que se clarifiquen las cosas con respecto a los derechos creativos y el derecho social a que la cultura llegue al pueblo. "La cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos ninguna conducta moral", decía el mexicano José Vasconcelos. Pero hay que buscar el equilibrio entre que el artista coma de su obra y esa accesibilidad a la cultura por parte de todos.
En fin, no tenemos mucho tiempo para pararnos a pensar o el tren de las tecnologías nos arrollará de nuevo. Tal vez el artículo de Carlos Herrera en XLSemanal del pasado domingo os sirva de ayuda.
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