Realmente no sé (ni siquiera sé si quiero saberlo) cuántos como yo se habrán percatado de este atentado lingüístico, perpetrado además en un lugar donde las víctimas inocentes, escolares en su mayoría, se pueden contar por centenas. El nuevo ayuntamiento se gasta con necesidad y motivo una más que decente cantidad de dinero en renovar las instalaciones deportivas; hasta ahí todo bien. Luego está la administración de dichas instalaciones, llevada por políticos que nada saben de gestión deportiva y que, por lo visto, tampoco hicieron un máster en manejo del DRAE. Algún día quizás averigüe cómo es posible que, a pesar de estar empadronado en Otura, me salga más barato alquilar un pabellón deportivo en Granada para jugar a baloncesto, pero eso es harina de otro costal
En fin, a lo que iba: que después del dineral en césped artificial y demás, no hubiera sido mala idea que alguien con el título de la ESO hubiera revisado las pegatinas de las papeleras del campo de fútbol antes de ponerlas. Espero que, al menos, la gente UTILICE dichas papeleras. Yo, por cierto pudor lingüístico, he preferido hacer la foto y tirar la bolsa de las patatas en la basura de casa.