23 diciembre 2009

Malditos bastardos

Como me gustaría que esta entrada versara sobre cine, pero no. Vuelvo a describir bajo este título a la clase política en general, no tanto a ese puñado de imbéciles egoístas que aún piensan que lo de Copenhague era una reunión más para cenar con Obama como a los "quiero-y-no-puedo" que rigen cualquiera de las diputaciones provinciales de nuestro país. Los políticos, salvo raras (que no honrosas) excepciones, demuestran un desprecio por el ciudadano que raya la indiferencia. Salvo cuando hay que pegar carteles cada cuatro años, claro.
Resulta que el ayuntamiento de la magnífica villa en la que habito decidió hace un par de años administrar el cobro de los impuestos que antes se recaudaban a través de la diputación. Aparentemente, eso al ciudadano de a pie no tendría que afectarle lo más mínimo, pero hete aquí que los partidos que son mayoría no lucen las mismas siglas. Resumiendo el conflicto: que el espíritu francés de la cohabitación (que consiste en que el presidente de la República es de distinto color político que la Asamblea Nacional) no frecuenta estas latitudes ni por Navidad, y así nos va.
Por eso, por las discrepancias de unos cuantos soplagaitas burócratas que han pasado más tiempo ensayando el nudo de la corbata que preparándose realmente para ser políticos, yo tengo que pagar el IBI de este año con un recargo de más de cincuenta euros. Porque los unos deciden joder a los otros no cediéndoles los datos de contacto de los contribuyentes y, encima, nos envían los recibos cuando el plazo de pago voluntario ya ha expirado. Ellos se pelean y otros nos jodemos. Sólo me ha quedado el derecho a pataleta, que son estas líneas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto que me ha mandado mi hermano Migue viene que ni pintado para rubricar mi entrada. Es un plato que se está poniendo muy de moda:
RECETA DE COCINA: Fácil y rápido de hacer.
POLLO AL AYUNTAMIENTO
Ingredientes:
Un pollo
Un despacho
Varios chorizos

Preparación:
1. Se coge el pollo y se le pone una corbata
2. Se le coloca en el mejor despacho de un ayuntamiento.
3. Lo rodeamos de unos chorizos frescos.
4. Se le deja a su antojo durante un tiempo.
5. Y él solito se va haciendo rico, rico, rico...

TSI-NA-PAH dijo...

Que verdades como puños!,el mundo da asco de verdad,cada dia mas.
Saludos

Migue dijo...

Tiene guasa. Y eso es porque no nos agitamos, estamos acomodados en el calorcito de casa y no salimos a la calle. Porque con todos los que somos se ponían a temblar, y en Copenhague se les hubieran atragantado los buenos vinos, y en nuestros ayuntamientos se preocuparían más de hacer lugares habitables que de salir en la foto... Estoy contigo bro.