A lo largo de nuestra vida, hay miles de cosas que aprendemos y nos encanta saber, aunque no sirvan realmente para nada. Tal vez sean datos o historias que nunca te den trabajo o te ayuden a cerrar negocios, sin embargo no hay forma de borrarlas de tu cabeza porque forman parte de ti. Estas lecciones no aparecen en los planes de centro ni tampoco frecuentan los libros de texto, pero consiguen captar la atención de cualquiera. Por eso son, en ocasiones, una valiosa ayuda en el aula, aunque no sean lecciones de un día concreto, sino del día que encartan.
A mí me dijeron con siete años que era imposible chuparse el codo y nunca lo he olvidado. Por supuesto, las historias hay que adornarlas, prescindir de datos irrelevantes y darles un toque de suspense, algo que no voy a hacer aquí ahora. No obstante, me gustaría saber cuántos de mis alumnos recuerdan algunas de estas cosas…
- Antiguamente en Inglaterra la gente no podía tener sexo sin contar con el consentimiento del rey. Cuando la gente quería tener un hijo debían solicitar un permiso al monarca, quien les entregaba una placa que debían colgar en la puerta mientras tenían relaciones. La placa decía “Fornication Under Consent of the King” (F.U.C.K.). Ahora es una palabra que no se puede utilizar en cualquier contexto...
-Durante la Guerra de Secesión, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, ponían en una gran pizarra “0 Killed” (cero muertos), que acabó abreviándose en “0 K”. De ahí proviene la expresión OK para decir que todo esta bien.
-En el libro de San Mateo del Nuevo Testamento se dice: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos”. El traductor del texto interpretó la palabra “Kamelos” como camello, cuando en realidad en griego “Kamelos” es una soga gruesa con la que se amarran los barcos en los muelles, lo cual es bastante más coherente, aunque la frase se entiende de todas maneras.
- Cuando los conquistadores ingleses llegaron a Australia, se asombraron al ver unos extraños animales que daban saltos increíbles. Inmediatamente llamaron a un indígena y le preguntaron mediante señas. Al notar que el indígena siempre decía “Kan Ghu Ru” adoptaron el vocablo ingles “kangaroo” (canguro). Algún tiempo después descubrieron que los indígenas querían decir “no lo entiendo”.
Hay más historias, tantas como días tiene una vida, sólo hay que descubrirlas o saber escucharlas. Ah, y seguro que tú y muchos de los que leáis esta entrada intentaréis chuparos el codo.
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2 comentarios:
Gracias por esta "master Class" muy instructiva lo del O.K ,lo sabia ,por cierto chuparme el codo no llego pero lamerlo si!!.
saludos
Creo que en algún momento había escuchado todas las historias que pones, y tanto la de F.U.C.K. como la de O.K. las tengo frescas en la mente.
Puede ser que no valgan para nada... pero son historias que realmente no están de más. Cultura general lo llaman, no?
Y no, no he intentado chuparme el codo, porque sé que sólamente llego a lamerlo ;).
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